miércoles, 17 de febrero de 2016

Sustrato orgánico: Componentes para nuestra maceta.

Hola amantes de los Maceto-Huertos y plantas medicinales, en esta entrada queremos detallar algunos de los agragados que podemos utilizar para preparar nuestra maceta.

Explicaremos sus propiedades más importantes y los porcentajes aproximados que debemos añadir según el tipo de planta que necesitemos cultivar para crear el suelo adecuado en nuestra maceta, y nuestra planta se sienta como en su hábitat natural.



Compuestos para el sustrato orgánico: componentes para nuestra maceta.
Hola amantes de los Maceto-Huertos y plantas medicinales, en esta entrada queremos detallar algunos de los agregados que podemos utilizar para preparar nuestra maceta.
Explicaremos sus propiedades más importantes y los porcentajes aproximados que debemos añadir según el tipo de planta que necesitemos cultivar para crear el suelo adecuado en nuestra maceta, y nuestra planta se sienta como en su hábitat natural.
El componente principal que utilizamos como sustrato en nuestras macetas es el sustrato orgánico natural:



Otro tipo de sustratos son la fibra de coco, que se forman por los pelos que se encuentran en la cáscara del coco. 



Entre sus principales propiedades, retiene mucha humedad y tienen un buen acolchado para el desarrollo de las raíces. Su pH se encuentra en un rango de 5.5 a 6.5, ideal en la escala de pH por su alto índice de absorción de nutrientes, y CIC(Capacidad de Intercambio Catiónico) de 70 a 100 meq/100g.

De los sustratos artificiales más utilizados es la lana de roca por sus propiedades.Su origen proviene de la roca volcánica.



Si no disponemos de sustrato orgánico y queremos trasplantar una maceta, lo ideal será coger sustrato del lugar de origen, pero a veces, esto resulta complicado si compramos la planta ya crecida y queremos trasplantarla, germinarla…
Lo primero que debemos tener en cuenta, es que no todos los suelos tienen la misma composición. 

Por ejemplo, una tierra arcillosa, acumula mucha agua en sus partículas, y se endurece al secarse, ideal para plantas con necesidad de agua y humedad constante.
Se puede identificar por su color rojizo.



Otro tipo de suelos como los calizos donde el pH suele ser mayor a 7(pH>7), que dependiendo de nuestra planta nos interesa tener diferente grado de pH del suelo y luego mantener ese pH con el agua de riego para no alterarlo con el tiempo.



Por último, otro tipo de suelos como la tierra volcánica, contienen menos materia fértil y mayor material inerte. Ideal para cactus y crasas que no necesitan de grandes aportes de abono.



Existen muchos otros tipos de tierra, pero en esta entrada nos centraremos en aquellos componentes que podemos agregar a nuestro sustrato orgánico:

Arcilla expandida (también conocida como Arlita, nombre registrado por una empresa):

Se trata de bolitas de arcilla cocidas a alta temperatura. El tamaño más habitual suele ser como guisantes aunque las hay de más tamaños…

La arcilla sufre un proceso por el cual las bolitas resultan de bajo peso específico, son relativamente porosas y por tanto capaces de absorber humedad.

Sirven como drenaje para las macetas, se depositan en el fondo de la maceta una capa y luego se añade el sustrato, impidiendo que se formen bloques compactos por el sustrato húmedo y permitiendo el drenaje de agua  por el fondo de la maceta.


 Recordemos que una maceta sin drenaje es una planta muerta.



Perlita:


Se trata de roca silícea triturada y expansionada por un procedimiento térmico.

La de grano más grueso (2-3 mm) tiene un empleo generalizado en la confección de mezclas destinadas a sustratos. Sustituye con éxito las arenas ya que estas últimas carecen de la uniformidad en características y suelen venir infectadas con hongos, insectos y semillas. Además la perlita pesa poco, algo apreciado por los que deben manejar centenares de contenedores. Es inerte y no absorbe agua aunque la retiene en su superficie (se moja).

Ideal para aquellas plantas que no toleran humedad prolongada y resisten la sequía.


Vermiculita:



Se trata de mica expandida térmicamente. Se forman como unos gusanillos, de ahí le viene el nombre. El color suele ser amarillento-dorado.
Se desarrolló para formar hormigones ligeros.

Tiene unas propiedades muy interesantes para jardinería: absorbe mucha agua y tiene una elevada CIC. Su retención de agua puede convertirse en un problema si la mezcla contiene una proporción elevada de vermiculita. Los porcentajes en volumen suelen estar alrededor del 5% como máximo.


Ideal para fases tempranas de crecimiento donde la falta de humedad puede determinar el deterioro de la pequeña plántula.
Un truco interesante consiste en mezclar un poco de vermiculita (2% en volumen) cuando se usa turba sola. La turba, cuando se seca, es difícil de rehidratar. La humedad retenida por la vermiculita impide el desecamiento total de la turba por lo que la rehidratación se hace más fácil.

Se degrada en el substrato por lo que al cabo de un año sus propiedades se han alterado.



Arena de sílice:



Este tipo de sustrato se utiliza para hacer mezclas con plantas que toleran alto contenido en sales y minerales en el suelo. Plantas de zonas costeras normalmente están adaptadas a la salinidad que pueden contener este tipo de arenas.


Los principales abonos de origen orgánico son: 

Humus de lombriz: 



Ideal para la fase de crecimiento de la planta por su contenido en nitratos.
Guano de murciélago:

Ideal para la fase de floración de la planta por su contenido en Fósforo y Potasio.




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